Gobierno, especialistas y sector privado alineados en la necesidad de avanzar en una “segunda transición energética” en Uruguay
En el marco de la conferencia “Segunda transición de energía en Uruguay. Impacto para sectores productivos” distintos actores coincidieron en la importancia que tendrá el factor medioambiental en el futuro económico del país.
Montevideo, 28 de octubre de 2021.- La actividad, organizada por la Asociación Uruguaya de Generadores Privados de Energía Eléctrica (AUGPEE) en conjunto con el Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), HSBC y PNUD tuvo lugar en la sala Bauzá de la UCU y contó con la participación del ministro de Industria, Omar Paganani, la directora de UTE, Silvia Emaldi, y el vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Walter Baethgen, entre otros.
“Si Uruguay quiere preservar sus industrias nacionales tradicionales, tiene que avanzar en una segunda transición energética y en adecuar un marco regulatorio acorde a estas necesidades y lo tiene que hacer en el corto plazo”, dijo Guillermo Mateos, presidente de AUGPEE. Mateos explicó que la “tanto los generadores como los consumidores tienen sus roles que cumplir” en lo que sería la segunda transición.
Según los guarismos manejados por la gremial en base al International Research Institute (IRI), la inversión de la segunda transición energética se estima sea tres o cuatro veces superior a lo que fue la primera. En el caso de Uruguay, según información del Instituto Uruguay XXI, la inversión realizada durante la primera transición fue de 4.500 millones de dólares. “La segunda transición es importante no solo por la inversión que supondrá, sino porque también nos posiciona de cara al futuro en el comercio internacional, que será enteramente verde”, indicó Mateos.
El ministro de Industria, Omar Paganini, fue en la misma línea. “La propuesta de descarbonización 2050 va ganando fuerza y es muy ambiciosa. En ese contexto se está moviendo el mundo, afectando el comportamiento de los consumidores y los inversores”, expresó.
El ministro agregó que Uruguay tiene “una oportunidad” en ese sentido, porque la trayectoria (del país) es “muy acentuada”. “El mundo está encarando una segunda transformación y en una coyuntura de disrupción. Se tiene que diseñar una política robusta y flexible que permita ir resolviendo esta coyuntura y aprovechar las oportunidades que son muchas y el país tenga un posicionamiento aún mejor”, sentenció.
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES. El Ing. Agr. Walter Baethgen, vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), señaló que en Uruguay el gran emisor de gases de efecto invernadero es el sector agropecuario y que el desafío está en reducir las emisiones de metano, que es la acción inmediata más importante para bajar la temperatura global.
“Para llegar a fines del siglo XXI con un grado y medio menos de temperatura, hay que reducir un 45% las emisiones de metano en los próximos diez años, y ya hay tecnología para hacerlo”, manifestó.
Por otor lado, Baethgen también hizo hincapié en la necesidad de pensar en el concepto de huella ambiental integrada, que contemple aspectos como la biodiversidad y la trazabilidad, y no solo la huella de carbono, a la hora de abordar la problemática ambiental. “Es probable que sea cada vez más difícil entrar en mercados que respetan este tipo de valores. (…) Creo que Uruguay tiene muy buenas oportunidades de diferenciarse y de agregar valor en la parte ambiental, social y de gobernanza”, señaló.
TRANSPORTE Y ENERGÍAS RENOVABLES. Los participantes de la mesa del evento coincidieron en la necesidad de enfocar la segunda transición energética en dos grandes temas: la movilidad eléctrica y el hidrógeno verde, este último un potencial producto de exportación.
En este sentido, la presidenta de UTE, la Ing. Silvia Emaldi, dijo que desde el ente están trabajando de forma interinstitucional con otros actores públicos y privados sobre estos temas y anunció que en materia de transporte se está desarrollando una red de recarga nacional para fomentar la movilidad eléctrica, que estará disponible a partir del año que viene con puntos de carga cada 50 km.
También informó que desde 2022 las empresas instaladas en Uruguay podrán registrarse en un sistema nacional de certificación de origen de energía renovable, para garantizar que sus productos y servicios son creados a partir de estas fuentes.
Para los especialistas, es importante que Uruguay se posicione como un referente en materia energética, ya que se prevé que a futuro sea un requisito para entrar a los mercados el contar con certificaciones y mediciones sobre las emisiones de carbono de los productos.